viernes, 24 de abril de 2009











Aquel gigantesco bloque de hielo llenó de grandeza nuestro ser. La fuerza de la naturaleza hizo que nos emocionáramos, escuchar como el deshielo rompia con el silencio de aquella inmensidad tan gratificante llenó nuestros rostros de lágrimas. Fue alucinante sentirnos parte de aquel lugar tan hermoso.

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